Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

I Reyes 8, 4-28

4 y la Tienda del Encuentro, con todos los objetos sagrados que había
en la Tienda.

5 El rey Salomón y todo Israel con él sacrificaron ante el arca ovejas y
bueyes en número incalculable e innumerable.

6 Los sacerdotes llevaron el arca de la alianza de Yahveh a su sitio, al
Debir de la Casa, en el Santo de los Santos, bajo las alas de los querubines,

7 porque los querubines extendían las alas por encima del sitio del
arca, cubriendo los querubines el arca y su varales por encima.

8 Los varales eran tan largos que se veían sus puntas desde el Santo,
desde la parte anterior del Debir, pero no se veían desde fuera.
Están allí
hasta el día de hoy.

9 En el arca no había nada más que las dos tablas de piedra que
Moisés hizo poner en ella, en el Horeb, las tablas de la alianza que pactó
Yahveh con los israelitas cuando salieron de la tierra de Egipto.

10 Al salir los sacerdotes del Santo, la nube llenó la Casa de Yahveh.
11 Y los sacerdotes no pudieron continuar en el servicio a causa de la

nube, porque la gloria de Yahveh llenaba la Casa de Yahveh.

12 Entonces Salomón dijo: «Yahveh quiere habitar en densa nube.

13 He querido erigirte una morada un lugar donde habites para
siempre.»

14 Se volvió el rey y bendijo a toda la asamblea de Israel mientras que
toda la asamblea de Israel estaba en pie.

15 El dijo: «Bendito sea Yahveh, Dios de Israel, que habló por su
boca a mi padre David y ha cumplido por su mano lo que dijo:

16 “Desde el día en que saqué de Egipto a mi pueblo Israel no he
elegido ninguna ciudad entre todas las tribus de Israel para edificar
una
Casa en la que esté mi Nombre, pero he elegido a David para que esté al
frente de mi pueblo Israel.”

17 Mi padre David pensó en su corazón edificar una Casa al Nombre
de Yahveh, Dios de Israel,

18 pero Yahveh dijo a David mi padre: “Cuanto a haber pensado en tu
corazón edificar una Casa a mi Nombre, bien has hecho en tener tal
voluntad,

19 pero no edificarás tú la Casa, sino que un hijo tuyo, salido de tus
entrañas, ése será quien edifique la Casa a mi Nombre.”

20 Yahveh ha cumplido la promesa que dijo; he sucedido a mi padre
David, me he sentado sobre el trono de Israel, como Yahveh había dicho, y
he construido la Casa al Nombre de Yahveh, Dios de Israel,

21 y he señalado en ella un lugar al arca en que está la alianza
que
Yahveh pactó con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto.»


22 Salomón se puso ante el altar de Yahveh en presencia de toda la
asamblea de Israel; extendió sus manos al cielo

23 y dijo: «Yahveh, Dios de Israel, no hay Dios como tú en lo alto de
los cielos ni abajo sobre la tierra, tú que guardas la alianza y el amor a tus
siervos que andan en tu presencia con todo su corazón,

24 tú que has mantenido a mi padre David la promesa que le hiciste,
pues por tu boca lo prometiste y por tu mano lo has cumplido este día.

25 Ahora, pues, Yahveh, Dios de Israel, mantén a tu siervo David mi
padre la promesa que le hiciste diciéndole: “ Nunca será quitado de
mi
presencia uno de los tuyos que se siente en el trono de Israel, con tal que tus
hijos guarden su camino andando en mi presencia como has andado tú
delante de mí.”

26 Ahora, Dios de Israel, que se cumpla la palabra que dijiste a tu
siervo David, mi padre.

27 ¿Es que verdaderamente habitará Dios con los hombres sobre la
tierra? Si los cielos y los cielos de los cielos no pueden contenerte, ¡cuánto
menos esta Casa que yo te he construido!

28 Atiende a la plegaria de tu siervo y a su petición, Yahveh Dios mío,
y escucha el clamor y la plegaria que tu siervo hace hoy en tu presencia,